Csibiblos y lo que se esconde tras el vacío: Un maestro oscuro - I Parte.



Estaba en un pantano oscuro, no había nada...tampoco el más mínimo haz de luz. Sus ojos no servían en tal oscuridad, tampoco sus oídos ya que sólo escuchaba los ecos de sus pasos. El tacto sí le servía un tanto, pues sentía el barro del pantano entre los dedos de los pies y qué decir del hedor del lugar. Se sentía prisionero, extrañaba la luz del día, no podía sacar arma alguna, ni siquiera sabía si existía algún enemigo que derrotar y salir con la honra puesta como armadura, con la gloria coronando su cabeza como halo inacabable. Nada de eso servía.
Al parecer caminó un par de días y lamentablemente su armadura se estaba oxidando por lo que la tuvo que tirar, quedando solo con sus pantalones de cuero y una camisa que daba tristeza, a tiempo de andar su espada ya se había oxidado y corrió la misma suerte que el metal que envolvía su cuerpo. Estaba prácticamente desprotegido...Casi desnudo, con frío, sin saber dónde lo dirigía cada paso que avanzaba. Ahora ni la gloria ni el honor eran tan amigas como antes, estaba solo...solo.

Escuchó a lo lejos un pequeño sonido; dirigió su oído derecho para guiarse de mejor forma, al avanzar, pudo distinguir algo: era un sonido bastante raro, fresco...ramas quebrándose, desgarros...un sonido como de risa. Ahí fue cuando se alarmó.
Dio un pequeño brinco hacia un costado, pero al parecer una roca mohosa le hizo caer al fango hediondo, haciéndolo tragar un poco de aquella agua que lo hizo vomitar.
Algunos segundos hubo de silencio hasta que cayó en la cuenta de que nuevamente no podía escuchar nada. Repentinamente sintió en su nuca un gélido aliento, que nada envidiaba al pantano. No pudo moverse, apenas sintió sus ojos abrirse después de horas de incesante caminata, sin saber si los poseía o si realmente estaba ciego. Una gota le cayó entonces entre ceja y ceja, justo al medio, casi calculado. Lo hizo despertar de aquella parálisis sólo para tocarse la frente y saber que estaba tibia...y con mucho olor a hierro.
Algo lo tomó de la cabeza y lo envió lejos al suelo, nuevamente había saboreado de forma gustosa las aguas de aquellos suelos.

- No es primera vez que vienes aquí - dijo - te conozco mucho más que tú a mí, conozco de ti, incluso, aquello que desconoces, soy aquello que te arma y desarma, conozco la forma de tus vísceras, de tu corazón acelerado, de la sombra que te pesa en la cabeza, de la sombra y el veneno que te carcome el alma, de la culpa y de la vergüenza-.

El hombre no tardó en responder...

- No sé si alguna vez he estado aquí, y si fue así ya no lo recuerdo - decía, mientras se levantaba para ponerse finalmente en pie - No sé quien eres, ni donde estoy...sólo he bajado a las profundidades de algo, más sólo me he topado con oscuridad y putrefacción, ni si quiera sé por qué no me he consumido si soy un mortal como cualquiera...mi gente me espera arriba!, si vienes a darme muerte jamás te será fácil; con mis dientes, golpes y arañazos me aferraré a la vida - 

- Qué gente y qué vida pequeño inocente...nadie te espera, estás solo...inundado de soledad, nada más que oscuridad, desaliento, mal olor y llanto. Nada más posees que aquellas tremendas riquezas, nada más te come tu carne...la muerte para ti sería la salvación absoluta, el más grande descanso -.

El hombre frunció el ceño, confundido.

- No te entiendo! ¡decidme tu nombre maldita bestia! - la desesperación en él ya se hacía presente.

Sólo vio un par de destellos rojos dirigirse raudamente a su lado. Otra vez el aliento en su cuello, en sus oídos...nuevamente aquella presencia fantasmagórica y nada agradable, nuevamente aquella sensación eléctrica de oscuridad, de que las decisiones no estaban en sus manos, sino en algo mucho más grande.

- Lo que mata al ser humano no es la muerte, pues ella es sólo recoge el alma y la lleva al umbral del recuerdo, lo que mata al ser humano no es el filo de una espada ni la falta de oxígeno, lo que mata al ser humano es algo mucho más sutil...algo que no puede ver... - Ahora el pequeño héroe podía sentir el hedor a carne fresca frente a su nariz y sin mayor inteligencia pudo deducir su alimento -...algo invisible...algo que puede corromper al hombre más paciente -.

El pequeño héroe poco y nada entendía, aquel ente miedo no le daba, eran sus palabras...algo se originaba en él, algo regurgitaba, y entonces tuvo la sensación de que no era la primera vez que había estado en ese lugar. Recordó repentinamente que la cobardía, que el miedo, la soledad, el poder sin límites, la inocencia, la vergüenza, la soberbia, el pecado...todo lo había llevado hasta allí alguna vez.

- No entiendo por qué siempre al mismo lugar...nada he avanzado, nada he aprendido...he desilusionado a mi maestro, a mis amigos, a mis hermanos, a la mujer que añoro y que no tengo...Me he fallado y ya no me interesa morir...¡adelante maldita bestia, hunde tus colmillos en mi cuerpo!, la maldita derrota no me queda nada bien! si he vuelto a esta maldita fosa es porque ya nada queda que valga la pena para volver a la vida! -.

- Hete aquí maldito humano infeliz! - grita lleno de ira aquella bestia - helo aquí malditos dioses! Sólo eso me tirais! condenados infelices! harapientos imbéciles que lloran como niños por la vida y por la muerte! malditos autocompasivos humanos!, te maldigo! ahora y cien mil veces! - grita la bestia, ahora con más furia - ¡compadezco a tu cuerpo por retener a tu alma, compadezco a tu madre por haberte parido y haberte dado a conocer la vida!...tu no te la mereces pequeñito humano, ¡Se te olvidó que no eres el único viviendo en tu podrido mundo!¡Cága y mea en tus pantalones! - Aquel eco se escuchó en todo el lugar - Iré a buscarte una teta maldito animal, a ver si con eso dejas de llorar -.

¿Era realmente culpable el pequeño héroe? ¿era víctima del destino?


Manu.

Nota al pie de página, por un mendigo.



Esta noche estoy escribiendo al interior de una jaula friolenta: blanca, dura, dolorosa, inhodora. Es una jaula que cae por mi cabeza y me roza la piel, calando mis huesos.
Ha pasado tiempo, solo tiempo...pero me he dado cuenta de que mientras camino por lugares desconocidos no existe. Tiempo...hace años que no lo veo. Sólo observo a la luna y el sol hacer el amor de forma incansable, infinita.
Ayer cambié un trozo de pan por algo de carbón y papel, al parecer, esta es mi última noche. La luna está demasiado melancólica porque se puede sentir su suspiro y el invierno está demasiado cariñoso, casi acariciándome.
Aún espero a que el padre de la iglesia me abra la puerta, estoy sospechando que al interior de esta capilla se encuentra sentado en una mesa larga, llena de comida, mientras yo, sentado aquí al lado del vitral luminoso, lo único que puede acariciar mi paladar es un manto blanco de seda, parecido a la miel...miel...hace años que no sé de su sabor.

Sinceramente espero que alguien encuentre este escrito, para poder vivir eternamente aquí en la tierra. Espero que este papel en tus manos, hermano mío, se transforme en algunas de las palabras capaces de traspasar días y noches completos, traspasando el tiempo.

Has de preguntarte, ¡Oh gran salvador de mi cuerpo!, cómo es posible esta escritura, para alguien que ha nacido para ser hijo de este planeta. Déjame decirte, querido hermano, que cuando el tiempo desaparezca, el sol y la luna comiencen a hacer el amor y cuando la miel deje su dulzura para convertirse en un manto blanco capaz de incendiar tu lengua...

Sólo entonces escaparás de tu prisión.

Esquizofrenia



La lluvia me cuenta, como queriendo pasar por la ventana, que todo amor tiene espinas. Que precisamente es una de las razones por las cuales se le asemeja a la rosa: provoca dolor, pero es hermoso. Yo le contesto a la lluvia que no tiene ni moral ni ética para venir a mi ventana y contarme algo así, porque es una traidora...ella es una de las razones por las cuales existen y que si fuera aliada mía ( o en cualquier tipo de relación, como la amistad) no alimentaría los vivos colores de sus pétalos y ni pensar de dar de beber a sus raíces.

No me contestó, al parecer esta vez gané la discusión.

Me levanté entonces para darme una ducha y se me apareció mi ángel de la guarda. Me ha repetido una y otra vez durante toda la semana que no cierre mi corazón al amor, que algún día llegará, que lo bueno llega el día menos pensado, que si cierro mi corazón en una caja fuerte se transformará en una bomba atómica capaz de despedazarme y claro, con toda aquella radiación terminaré convertido en un monstruo. Yo le pregunté que de dónde había sacado tanta imaginación para contarme algo así y que al parecer tendría que ir a visitar a un psicólogo, porque las alitas que lleva en la espalda, aquella aureola tan luminosamente santificada y tanta perfección en un solo ser, no son garantía de salud mental.

Tampoco me contestó, así que cerré la ducha y proseguí a secarme.

Vestido ya, pasé a la cocina para tomar desayuno. Ahí llegó el diablo. Me dijo que la mujer era como aquel trozo de brazo de reina que estaba comiendo: dulce y envenenadamente vicioso. Me quedé mirándolo con cara de agradecimiento por haberme hecho rechazar mi desayuno y le contesté de la forma más cortés posible que devolviera su culo al infierno y que tuviera cuidado con quemarse.

Se devolvió.

Cerrando la puerta para presentarme nuevamente a un día laboral más, me saludó la muerte. Me di la media vuelta para mirarla a los ojos, a ver qué comentario inteligente iba a recibir esta mañana llena de consejos. Me dijo que todo tenía su fin, que todo algún día acaba y que qué más daba todo aquello, ya que probablemente este mismo día iba a tomar mi última copa de vino. Así que acepté su invitación.

Y aquí estoy, fumando un cigarro, después de hacer el amor con ella, la muerte. Ahora sé que el amor existe y la fidelidad también.

Esta vez sin temor: Diario de muerte y algunos consejos.



Cuando se entra a la muerte, se debe hacerlo sin temor y determinación. Una decisión así no debe tener vuelta atrás, debe ser cruda, recalcitrante, visceral, dolorosa y lo suficientemente tóxica como para no ver la luz. El corazón se arruga, se encoje y deja de existir. El alma comienza pudrirse, a desesperarse...el hedor de la muerte comienza a adueñarse de ella y comienza a oscurecerse.

No aloje esperanzas de que todo pasará rápido, pues debe vivir este proceso en cada milésima de segundo, saborearlo, degustarlo, revolcarse en el piso y amar la frialdad y la dureza que esto conlleva. Debe alimentarse de su dolor y su llanto para poder sobrevivir, como el pan y el agua.

Olvídese de Cristo, o cualquiera sea su Dios o deidades; Esto es algo que debe hacer completamente solo y desamparado, en desnudez completa y sincera, mientras el frío le congela cada célula de su cuerpo. No piense que ellos no participan de magnífica fiesta porque no lo aman, sino que es una decisión que tiene que realizar como guerrero: solo, así que mójese el potito.

Una vez abajo, se encontrará con demonios y toda clase de monstruos. tendrá que saber como usar su arma para poder derrotarlos, si se le olvidó, aprenda nuevamente, es el mejor momento. Recuerde que el ser humano en situaciones extremas realiza milagros, sobre todo cuando establece una relación de amistad con la muerte.
A veces será derrotado y otras veces saldrá victorioso. Cuando finalmente las batallas ganadas superen sus derrotas, llegará el jefe para romper su cabeza y comer su alma si es necesario. En este caso o se deja vencer por el miedo y se permite ser devorado o toma su arma como lo ha hecho hasta ahora y se lanza en ataque enarbolando su alma en la oscuridad. Pero recuerde: el miedo siempre existe dentro de nosotros, eso no acaba.

EN CASO DE SER DERROTADO: Jamás tuvo algo que perder en ese montón de mierda. Después de todo, ya estaba muerto y lo único que tendría que haber hecho, es luchar, pues jamás iba a perder algo. Reelabore su situación, replanteese, estudie cada movimiento. Tendrá que empezar todo de nuevo y probablemente los demonios (incluyendo el jefe) sean mucho más fuertes. Pero no lo olvide: usted también.

EN CASO DE SALIR VICTORIOSO: Siéntase plenamente orgulloso y láncese al vacío. Si, como leyó: láncese al vacío. Deshágase de todo lo que llevaba y había aprendido y prepárese a morir definitivamente. Lo demás es spoiler.


Punto de vista.



- Creo que no me di cuenta...tiene usted razón. Me parece que esta es la última vez que nos vemos, ya me siento preparada para continuar... -

El hombre anota la última frase en su cuaderno con tapas de cuero y símbolos raros. Lo deja en la mesita de diseño árabe que tenía a su lado y con un suspiro relaja su cuerpo mirando a aquella mujer.

- Que bueno. Espero que el mundo ahora le parezca menos oscuro y violento. Me parece que ha encontrado el rumbo de su vida y el significado que quiere atribuirle. Quiero volver a la primera frase que le dije cuando usted enteró por esa puerta - dijo apuntando al objeto - Uno es el pintor de su propia obra.

- Sí lo recuerdo - dijo sonriendo la mujer - Ahora quiero pintar esa obra con los colores que yo elija, brillantes!-.

Ambos se pararon al mismo tiempo y ella estrechó su mano, profundamente agradecida. Abrió la puerta mientras lanzaba una sonrisa. Ése era el cuadro perfecto que pintaba aquel hombre con aquellos años de estudio encima: el rostro de las personas totalmente distintos, con los rayos de sol coloreando su espíritu y ya había visto, por cierto, decenas de aquellos "cuadros", que duraban un par de segundos..

Se acercó con un sentimiento de nostalgia a la pequeña mesa. Tomó nuevamente su cuaderno y con su lápiz escribió "fin del tratamiento". Era el fin del último comienzo, era la última paciente que quedaba. Era un 18 de Diciembre...en un par de días partiría sin rumbo fijo a Europa sin saber tampoco de su regreso.

Y nadie lo sabía...

Repentinamente tomó sus cosas, tomó su chaqueta y abrió aquella puerta con el sol pintando su espíritu. Aquel cuadro fue el que duró más, pues fue difícil para el hombre elaborar una despedida de tiempo corto que habría de apreciar aquella pequeña biblioteca con los cuadernos llenos de anotaciones de pacientes. Sintió en ese momento que todos estaban presentes para despedirse de él, solo ellos sabían que partiría.

- Estoy siendo útil, gracias a ustedes también - dijo para sí sonriendo y cerrando la puerta. Solo Dios sabía si aquel sonido de la llave girando la cerradura, sería el último que resonara en aquella casa.

La vida es parte de la muerte



Aceptemos que vivir es un milagro, porque desde que nacemos ya estamos muriendo. Quizás la vida no existe...¿seremos una epifanía dentro de un universo tan vasto? ¿por qué somos una partícula con vida dentro de millones de gigantes estrellas?.

Jamás dejemos de morir, quizás solo así podremos vivir.

Las mayores victorias son mis derrotas



He sido derrotado un montón de ocasiones, he sido herido un montón de veces. Debería ser un buen héroe y seguir adelante, debería ser buen guerrero y seguir confiando en mis convicciones, debería ser valiente para seguir luchando.

Ya veo a lo lejos aquello llamado amor. Ha perdido importancia y se ha hecho lejano...es como una especie de espejismo en un desierto llameante.

Aquello se ha alejado, cada vez lo entiendo menos, que cada vez más sé que no es algo que se consigue y tampoco es una cuestión que se deba esperar. Lo que sé hasta ahora, mientras camino en este desierto infernal, es que debo encontrar mi propio oasis.

es increíble lo cerca que está el amor de la muerte, quizás caminando en la frontera de aquellos dos se puedan conocer muchas verdades. Ambos no son antítesis, ambos no son distinto uno del otro. ¿acaso la muerte no abraza con su amor a cualquier ser humano?, ¿acaso la muerte en sí es un acto de amor que nos arrebata la angustia de vivir?

he aprendido a caminar por este desierto, he pasado sed, he visto ilusiones y uno que otro oasis. Sé que no me debo detener, porque escape en este vasto imperio de arena no existe: o avanzas abrazado cada segundo de la muerte o escapas sabiendo que te ganó hundiendo su hermosa guadaña en tu garganta.

Ya no creo que alguien venga o que algún día me encontraré con alguna ciudad. Solo creo en este desierto inmenso, porque me regala la muerte, y muriendo me enterraré bajo el sol.

¿Qué podría significar este desierto?

El abrazo de Saturno, la flecha de Quirón, el misterio de la casa VIII y un hombre enfrentado al destino.



Una vez más, una vez más...una vez más.

Saturno me abraza con su guadaña, Quirón entierra su flecha justo en mi corazón y la casa VIII me hunde en sus aguas infinitas.
La melancolía me inunda, la tristeza castra todos los otros sentimientos, la relación con cualquier mujer me lo hacen imposible.

Ya es el límite, es el muro infranqueable...es luchar contra la tormenta, un tornado y un meteorito al mismo tiempo. Acciones ya no me quedan, herramientas tampoco, ni ganas, ni voluntad...tampoco algún pequeño brillo de esperanza.

Me resta ahogarme con en este dolor y esa amenaza, solo me queda llegar al fondo del mar. Me queda caer suavemente para tocar con mis espaldas y mi pesado cuerpo aquella arena fina.

ya no puedo, ya no puedo...ya no puedo.

Me quedaré allí, aceptando el movimiento de la corriente, aceptando la falta de oxígeno. Lo único que me queda ahora...es la humildad.

Mi corazón está llorando otra vez, mi alma también.

Un estadio lleno en contra: Los primeros minutos.



Finalmente me llamaron a jugar. Las cosas se pusieron cuesta arriba en pocos minutos, pero el deporte es así.
Dudo ser la estrella de este partido, y a eso hay que agregarle que ya hice una mala jugada al pelearme con el entrenador en los camarines. Confianza hay poca, no veo al psicólogo por ningún lado.
En un suspiro decido entrar a la cancha y puedo ver a todos esos fanáticos del equipo contrario cantando en contra mía y de mi equipo. Diviso algunas personas pero al parecer a nadie le gusta el cambio y puedo ver en sus rostros la desesperanza a flor de piel, la desconfianza.
Piso la cancha esperando al árbitro, pero no me percaté cuando sacó el pito, me dio un empujón y salí trastabillando. Para no ser menos, el clima comenzó a nublarse amenazando con lluvia...

Ya nada puede estar peor.

El equipo contrario se me abalanza y se burla...no puedo hacer nada. Trato de defender y quitar la pelota pero lo único que estoy haciendo es cansarme el doble mientras los gritos enojados del entrenador me retumban en la cabeza.

Tengo que hacer algo!

Repentinamente, el balón cruza el aire, lentamente...el tiempo se detiene, hasta que en un abrir y cerrar de ojos y mientras corría detrás de ella, se posa en el suelo y logro domarla con suavidad. Miro fijamente al arquero mientras mi cuerpo eufórico va junto al esférico, ogro divisar el arco, el éxtasis ya me consumía, mientras el pelotazo cruzaba el radiante pasto verde. Mi oponente casi ya vencido no hace más que aceptar el gol que llegó a la red.

1 - 1000 el marcador.

No quiero saber el tiempo que queda.

No cacho



No sé que mierda es esta sensación. Esperaba ese momento, pero ahora se me ha esfumado por completo.

No me entiendo...

Muchas gracias.



Hoy se fue una persona con el corazón hinchado y abierto. Hoy se fue una persona que, aún sin haberlo conocido, me abrió las puertas de su hogar y me abrió las puertas de su familia. Él fue un hombre hospitalario, alegre...

Hoy se fue el padre de un amigo...

Pero siempre tendré ese recuerdo...de aquella hospitalidad, de aquella alegría y cuánto te hueveaba para hincharte las bolas.

Siempre tendré ese recuerdo de su hijo amado, de sus mimos hacia él...y de lo molestoso que era mi amigo para con sus padres, aún no sé la cantidad de paciencia que tuvieron ( ajaajaja)


Gracias al cielo porque te conocí amigo mío,
Gracias por darme ese pequeño espacio de conocerte y admitirte como amigo,
Y gracias por abrirme las puertas de tu hogar.

Bendiciones...ojalá siempre nos estemos viendo, aunque te conocí tarde...tendrás ese rincón en mi corazón.

Así son las historias



Así son...sabe Dios que pueda pasar.


Bendiciones y muchas fuerzas te pido.



:) saldré adelante...

Déjame darte un beso y curarte.




Hace unos días, leí el horóscopo de la semana, de un astrólogo conocido. Decía algo así como que era una semana en la cual uno iba a tratar de proteger al otro, a tratar de acompañarlo y cuidarlo. Entonces pensé en ti...y ha resultado una semana nefasta...para ti porque se fue alguien importante. Para mí porque no he podido estar ahí. Porque tampoco me has dejado hacerlo...pero está bien, respeto tu decisión.

Estoy hecho un mar de confusiones, estoy preocupado...

Pero aquí voy a estar, de pie...en silencio...


Un laberinto



Soy el tipo de hombre que es un laberinto,
Soy ese tipo de hombre que es atormentado,
Soy ese tipo de hombre con cargas,
Soy ese tipo de hombre ajeno a toda elegancia,
Soy ese tipo de hombre que conoce más el dolor que otra cosa,
Soy ese tipo de hombre que llora escondido,
Soy ese tipo de hombre que oculta sus cosas,
Soy ese tipo de hombre que se ve duro,
Soy ese tipo de hombre que se deja llevar más por sentimientos,
Soy ese tipo de hombre que siempre la está cagando,
Soy ese tipo de hombre impulsivo,
Soy ese tipo de hombre que hace daño,
Soy ese tipo de hombre que tiene muchas espinas,
Soy ese tipo de hombre solitario y nefasto,
Soy ese tipo de hombre que no sabe amar,
Soy ese tipo de hombre que siempre está en contradicción,
Soy ese tipo de hombre que no sabe lo que hace,
Soy ese tipo de hombre débil,
Soy ese tipo de hombre distinto mientras varía cada segundo,
Soy ese tipo de hombre que es un ser humano.


Estoy hecho mierda.

Carta de petición a un compañero de guerra.



Fiel compañero:

En estos momentos me siento herido, al parece me han llegado flechas de todos lados. Pero tengo que saber mantenerme de pie y seguir con vida. En estos momentos me siento sin poder propio, la vista ya me ha dejado y me siento ciego, perdí mi norte...no sé muy bien qué hacer.

Te pido por favor tenerme paciencia, porque necesito tu apoyo y tu calma. Necesito de tus palabras cuando nuevamente caiga, necesito de tu aliento, tus ganas y tu mente.

Ya habrá un momento donde vuelva a ser el de antes, ya habrá un momento donde recupere la sonrisa.

Espero ayudarte en tus batallas lo más pronto posible, y aunque esté débil, aun así lo haré.

Gracias por las palabras de ayer, la compañía y las cervezas.
un abrazo.

Un portazo



"Se puede decir que mi tragedia, ha superado con éxito lo que es una maldición. Es un laberinto del cual no se sabe su salida. He dado con éxito la pobre vida y el propio asco que hacen de este cuerpo un fantasma viviente entre una multitud de nómadas...no sé quién soy, por qué existo en este planeta ni menos como hacer para que cada uno de esos espejos fragmentados se unan en armonía con el yo propio, conmigo...como quien vuelve a casa sano y salvo, en completa serenidad."

Apagó la luz de la vela haciendo parir nuevamente a la oscuridad. Con aquella frase marcaba su sentencia, aquella sentencia humana y divina que matizaba la barrera entre un ser humano de carne y hueso con una fuente de energía incognoscible, cuyo arte más distante se podía ver en el universo.

Se paró y se alejo de aquella mesita de madera bastante vieja y testigo de tantas veladas, unas veces más tristes y otras veces más alegres.
Su cuerpo tiritaba, no de frío...tiritaba porque su alma quería detener tal hambrienta decisión, no quería llegar a la cueva donde los lobos, impacientes, querían probar cada trozo de carne y de sangre.

Pero aquel vacío era mucho más poderoso y esta vez ya no había marcha atrás. Ya la amargura y la locura se le hacían una tormenta interior que ya no podía resistir. Tomó el sombrero y el abrigo que colgaban de la pared más próxima a su cama, dio un último vuelco con su mirada a aquel cuarto casi derrumbado, olió por última vez el humo de cigarro y café que había en el ambiente y con aquella última imagen dio el portazo fatal.

Contrato y deber



"Yo te tuve porque quería tener a alguien por quien vivir"

Es probable que aquella sentencia haya marcado buena parte de mi infancia. Es muy probable que aquella sentencia haya hecho crecer raíces más profundas de lo que puedo imaginar. Es muy posible que aquella sentencia haya marcado mi problema con las mujeres. Es bastante plausible que aquella sentencia me haya cargado de una mochila tan inmensa que ya me pesa demasiado...y que por cierto ya no quiero cargar.


Yo tengo mi vida, soy otro ser...y no soy el pedestal de nadie. Todos tenemos derecho a crecer independientes porque, en cierto sentido, "somos libres". Si cada uno fuera la extensión de un otro, créanme que la humanidad no tendría la esperanza de progresar, de trascender, de mejorar.

Acepto aquel amor incondicional, infinito y sin barreras y doy gracias por ello. Doy gracias al universo y a Dios...

...Y gracias a ti, madre...

Tu ya tienes alas bastante grandes para volar sola, y yo soy lo bastante fuerte y sabio como para emigrar a otros horizontes.



Quiero mejorar y solucionar esto. Yo ya no quiero ese peso, esa labor, ese deber, ese contrato (que por cierto no me corresponde) sobre mis espaldas.

Poco a poco vamos desplegando las alas.



Un puñado de estrellas



Hay veces en que me gustaría demostrar los sentimientos de forma tangible, ya sea como un puñado de estrellas o simplemente como un vórtice oscuro. Sacarlos, hacerlos nacer desde las entrañas...solo así todo esto podría ser posible.

El último pollo de cerveza



quiero desbocar los caballos del mito de Hércules,
Esta vez la cerveza se está agotando,
Ya el elixir de la vida me ha dejado en pleno desmantelamiento,
El vaso está pidiendo la guadaña del último sorbo,
El último suspiro de vida,
para que aquel ente de cristal,
se retire al agua cristalina.

Puede mirarme con ojos tristes,
Puede retirar de mis labios las palabras que no he dicho:
Ahí están, muriendo con el vaso sangriento de mi saliva,
De las manchas de grasa que parecen diluir cada átomo de ese objeto.

El ultimo pollo de cerveza se está agotando,
El ultimo saboreo de la muerte,
la última tragedia existencial.

He de morirme con él,
Ambos acompañados...
Yo en la cama
Él entre una selva de cristales y lozas.

Ambos fieles acompañantes,

Ya no tendré aquel alcohol tan suave y refrescante acompañando mi mano,
Tampoco mi alma,
Pero aquí estoy,
Muriendo,
de nuevo en soledad,
Mirando aquel vaso
y su milagro de sostener tan milagrosa bebida.

Carta final para la coronación de la renuncia.




Te escribo este comunicado, para quejarme. Te escribo para hacerte saber que tu rebeldía, vandalismo y anarquía hacia mí ha causado estragos inimaginables en mi reino. Sobrevivientes ya no quedan, cada muro ha caído al piso y abren paso a los vendavales y vientos huracanados del norte. El fuego sigue alimentándose con cada pedazo de madera y la muerte, aun no satisfecha, busca entre los cadáveres otro pedazo de alma.

Este es mi símbolo de la paz, ya que por cierto no te culpo. He de entregártela con humildad y resignación, he de entregártela aún sabiendo que tendré que mirarte a los ojos. Pero he de confesarte, que con lo profundo que ha llegado el pozo de mi corazón (todo gracias a tu constante asedio) que por ti ya no queda el más mínimo sentimiento, fe o esperanza. Puedes irte con tu ironía seca y cruel, puedes darte la media vuelta con tu mofa en tu entrepierna, vete con tu maldad y tu daño a la piara más cercana.
Allí donde ha quedado un vacío, he de suponer que el universo se encargará de llenarlo (¡y ojalá que así sea!) con algo que no me recuerde a ti. Acepto alegre la muerte, con emoción espero la locura, de forma estruendosa espero el caleuche y con ansiedad espero esa luz cegadora...Que me reviente los ojos para tener que amara sólo a la oscuridad profunda e infinita. Cual Edipo...así...pero esta vez no deseo Antígonas en mi vida.

El tiempo se me esfuma y debo irme. El tiempo se me esfuma y la tinta de mi pluma ya implora descanso. Me iré donde los caminos no lleven a tu capital escrita en reverso. Me voy con lo que soy y con lo que tengo, me voy hacia el universo, ¡Me devuelvo a las estrellas de donde nací y nunca debí venir! para convertirme en polvo galáctico y viajar infinitamente en esencia por cada planeta y despedirme de cada habitante que conozco.

Lograste tu cometido: ya no creo en ti, ni nada relacionado contigo.

Adiós, amor. No me busques jamás. Ya no vuelvas, porque heridas ya tengo suficiente y la sangre ya no me alcanza.

En la playa



Que frase más odiosa.

El odio no llega a serlo, pues no lo siento.
Aquella frase me confirma lo distantemente cerca que te encuentras,
Me habla de los años luz que estoy de tu boca,
Me recuerdan como pájaro carpintero las veces que pude estar cerca.

Siento celos, y mataría cada gaviota que tiene la suerte de mirarte,
Secaría las olas del mar para que no hecharan su tierna brisa sobre tus mejillas,
Apagaría toda la apuesta de sol para no darle brillo a tus ojos,
Ni tampoco obligarte a sonreír por placer.

Golpearía cada grano de arena que osara tocar tu cuerpo,
Espantaría cada montón de espuma que se atreviera a besar tus pies,
Respiraría todo el aire que necesitas con anhelo,
Robaría todas las risas y murmullos que se expanden por ese lugar.

Quemaría el frío que te pone la piel de gallina, porque yo no lo he podido hacer,
Pararía el tiempo en aquellas noches de alcohol y fiesta,
No dejaría ningún estúpido en pie que se acercara más que yo,
Quebraría cada vaso que posea tus manos y tu lengua.

Dejaría de beber alcohol si sé que te causa placer,
Y que te haga más feliz de lo que yo pueda hacerte,
Mato cada pensamiento que me dice que puedes estar con otro,
Que puedas regalarle tus caricias,
Que puedas regalarle tu sexo, que puedas regalarle ese instante.

Con todo lo robado, lo quemado, lo golpeado, lo que he secado, lo que he respirado, lo que he quebrado y lo que he dejado...
Con todas esas pinturas robadas y en mi poder, podría alegrarte, podría hacer sonreír el lienzo de tu vida,
Aunque así solo fuera por un segundo.

Facepalm

Hay entradas en este blog que me hacen sentir idiota, que fui un tonto, y que probablemente lo sigo siendo.

Sobre el idealista y el superficial



Idealizo a la mujer. Todos lo hacen.

Idealizo el amor, eso pocos lo hacen. Idealizo como podría ser cada momento, y ahí me caigo: cuando la realidad me dice que no es (y quizá no será jamás) así. Idealizo porque siento como "es el amor". Se trata de un amor primigenio, un protoamor, una especie de fuente de energía que alguna vez logré captar y ver. Es por eso que creo en el amor, aunque hasta ahora, solo he conocido una parte de él...el desamor.

La segunda auto -- crítica, sería con respecto a lo superficial. Me encanta la belleza física de la mujer, en toda su magnitud y desnudez. Me encanta tocar esas curvas, sentirlas en mi cuerpo, tocarlas y labrarlas con mis manos. Me encanta una mirada misteriosa, una sonrisa que deje entrever lo más profundo del alma, las facciones de su cara acorde con su espíritu.
Por una parte me encanta sentir ese tipo de lujuria, pero para eso debe existir la pasión, como un volcán, siempre a punto de estallar.

Nuevos brotes



Creo tener la respuesta de como soy y por qué razón. Es una etiqueta.
Finalmente no soy alguien normal, poseo "cosas" que otros u otras no poseen. Eso no me pone sobre un pedestal superior al resto.

Eso lo he aprendido en este camino a medida que lo he ido iniciando, y vaya que surgen cambios.

Sobre el amor he aprendido poco.
Pero es cierto que soy idealista y que valoro la belleza en la mujer, porque algo hay con ese lado artístico ( y otros nudos aún sin desatar).


Estoy en estado de asombro.

Estamos perdiendo el idioma



Últimamente he pensado que las historias de amor se han perdido. Si bien es cierto que los cuentos de hadas hoy en día son aborrecidos por muchas mujeres (y también por muchos hombres) y criticados (incluso yo lo he hecho) por mucha gente, aquellos cuentos hablaban, por lo menos, del amor.

Una historia de amor va mucho más allá de la idealización sobre la persona a la que se ama. Va mucho más allá de encontrar a un príncipe azul que salve a una mujer de un dragón milenario, que la salve de una torre, que la lleve a vivir a un mundo perfecto donde el amor y el cántico de las aves adornen las mañanas.

Hoy en día la mujer tiene el poder suficiente para bajar de la torre y matar al dragón por su cuenta y aquello está muy bien.
En esta sociedad patriarcal, o mayoritariamente patriarcal, se le ha enseñado al hombre a ir en busca de aquella mujer que ama, de aquella mujer que le gusta, de aquella mujer de la que quiera tener sexo. Este último punto, pierde trascendencia aunque no por eso sea menos importante, porque aquella pequeña "batalla" es fácil: basta la seducción, basta con revolucionar hormonas y a mi parecer ya está (aunque claramente no todos lo logran o saben hacerlo). Sin embargo, a veces el hombre también necesita que aquella mujer (o hombre) lo busque. También necesitamos que una mujer se nos declare y es una función que le ha sido relegada en este tipo de sociedad, porque el hombre es el que "debe" hacerlo.

Es distinto cuando se ama, y de amor no me refiero a ese "embobamiento" donde todo transcurre en un idilio perpetuo hasta el fin de los días. Lleno de risas y montones de hijos por todas partes.
Estamos viviendo un mundo real, donde existe el trabajo, donde falta tiempo, donde hay que relacionarse con todo tipo de gente, donde existen los problemas. Pero sí existe ese ser que, llegando a la casa, puede cambiarnos el día o la noche, donde se encuentra un lugar seguro, donde se encuentra un apoyo (y claro, alguien con quien tener sexo).
Opino que dentro de todo, de cierta manera aquel cuento de hadas existe, pero con los parámetros anteriormente dichos. Pero también considero que dentro de aquello, la búsqueda de ese amor se da de acuerdo a lo que hagan en este plano dos personas (y no pienso en la media naranja, esa es una teoría precaria) se da en la completud que cada uno busca a partir de sí mismo. Se da en el camino que uno sigue, las metas que se van alcanzando, los sueños que se van realizando. Así, cada uno se encuentra con una persona a quien amar.

Volviendo al primer punto, encuentro que se ha desenfocado el verdadero significado de esos cuentos. A veces hay que pasar un largo camino de depuración personal en todo ámbito, a veces no hace falta, pero el amor es algo que siempre está allí y basta con que cada hombre y mujer baje de su torre, se enfrente a la realidad, mate su dragón y quizás ambos se encuentren uno caminando hacia el otro en un mismo recorrido.

Que no se nos olvide el idioma del amor y que no se nos olvide que para entrar en esa vibración, es preciso que cada uno se mejore a sí mismo.


No sé si me explico...

El pintor de las mujeres soles



He tomado un camino. He encontrado maestros. A partir de ahora todo será distinto.

Es probable que aquella vida pasada la haya tomado prestada. Esta vez no sé si el sendero es correcto, no sé si seré feliz.

El primer paso entonces, es curarme, sanarme, de una vez por todas. Tengo que renunciar a muchas cosas y dejar ir, solo así podré ser feliz.

Quizás la culpa no fue de alguien, no hubo culpables en todas esas historias, sobretodo la última.



Estoy calmo, con miedo y valentía.



Ahora vamos con la "iniciación".

Más que una canción




No tengo el talento suficiente para escribir (te) una canción. Poco talento tengo también para conquistar. Yo puedo escribirte, puedo escribirte mientras sigo recordando, puedo escribirte mientras mis dedos tocan las letras, y es así como va armándose, poco a poco tu figura en mi interior. Primero, comienza con trazos finos, siguiendo por tu rostro, aquellas mejillas de particular belleza, los ojos, tu pelo.
Es por ese pequeño lapso de tiempo, aquel pequeño grano de cristal en el universo que puedo acercarme.

Déjame escribirte, que hoy me siento como un pescador a la deriva en el mar. Como un punto de luz en una inmensidad que refleja otra distinta, esperando...paciente. Ya el interés de obtener un pequeño bocado de algún pez se ha ido. Solo me encuentro allí, porque así lo quiero.

Tengo miedo de dormirme, tengo miedo y lo reconozco, tengo miedo de volver a perderme. Pero ese miedo tú no lo conoces y sin embargo. algún día sí se mostrará con toda su oscuridad.

Es así que veo tu reflejo en el agua, una veces claro y otras tantas borrosas. Pero lo dejo allí, tranquilo y con confianza, puede ser que quizá, algún día, nazcas del sol nuevamente y tu brillo acaricie mi rostro.

Un paso más



El sábado terminé mi diplomado de astrología, según la metodología Huber. así que puedo llamarme astrólogo.

Recuerdo que para el congreso que se hizo el año pasado (y el primero en Chile), particularmente en  el último día, los astrólogos que fueron invitados (entre los maestros un amigo mío) se tomaron una foto arriba del escenario en medio de los aplausos de la gente.

Por un segundo, sentí en mi interior que el trabajo que ellos hicieron, era una etapa quemada, era una etapa que permitía el paso hacia otra nueva generación. Es en esa en la que estoy yo.

Sentí una especie de llamado a hacer algo al respecto, sentí que ahora iba a comandar de alguna forma aquellos cimientos que ellos ya dejaron, que tenía una tarea grande.


Es así que hoy se abre un nuevo comienzo.

Y no me detendré, hasta encontrar mi luz en cada rincón de mi alma. En cada cuestión que piense y haga con mis manos (y también con mi corazón).

A dioses jugamos todos



Me parece que encontrarse con nuestra propia divinidad, es encontrar el camino para el cual estamos hechos: es encontrar nuestra verdadera esencia, esa esencia que no ha podido ser corrompida ni por el mercado ni por la sociedad.

Así también nos acercamos un poco más a la esencia del universo, nos acercamos un poco más a la vitalidad, a Dios, al gran arquitecto, a Alá, A Jehová, a la fuente.

A todo el plan universal.

Que se abran las grandes alamedas



Y que se abran fuerte en contra del viento y la marea.

Hoy pasaba por el lado de una construcción, allí, temprano estaban los obreros, tratando de levantar algún edificio de algún capitalista morando al lado de una piscina, tomando una pilsen.

Lo raro es que hay mucha gente que juzga el tamaño de su país, por los edificios levantados.

Levantados por gente que muchas veces otras gentes juzgan menos que ellas.

Nos hemos olvidado de aquellos que han levantado este país, ellos son los que debieran tener algún día especial para hacer algo terminado en "tón".
Esta pequeña entrada es para aquellos: todos aquellos que se levantan cada mañana para trabajar por su familia, y para levantar este país que, de ideología, cultura y corazón, hay poco.

Gracias a todos ellos, que de alguna u otra forma hacen el trabajo que otros no quieren, y que sin embargo, mantienen bella esta capital.


Aún así, esta entrada debe ser quemada, porque las palabras no sirven, siempre importan nuestras acciones.

Como si no bastara



He de retratar ahora y aquí el cáncer de este viejo dolor,
He de dar a luz a palabras llenas de sangre,
Cubiertas de carne inflamada y apestosa,
Con el corazón podrido, arrancado,
Tanto tajo y tanta tortura,
Tanto buitre y verdugo.
De todo ha pasado por él,
Conoce todos los pies del mundo en todas sus formas,
La oscuridad lo reprime sin pena, ni tampoco gloria.

Grande ha sido mi intuición,
Solemne ha sido mi idiotez,
He ahí lo que temía, lo que veía venir,
He ahí con mil escupos y vómitos
Lo que mi oráculo interior me gritaba ¡y me lo venía a decir!,
Y yo pobre idiota inocente,
Tierno imbécil mozalbete,
Un viejo en potencia y disecado de testículos,
Otra vez cometiendo putos errores,
Putas imbecilidades manoseadas y masturbadas,
Malditamente plantadas en mi pantano interior.

Pero no importa.

Ha de penetrarte con la envidia mía sobre su cabeza,
Ha de tocarte como nunca pude hacerlo,
Ha de besarte y profesarte amor como el poeta más vil,
¡Como un poeta recien nacido!
Y yo lo escupo, lo envidio, las maldiciones en su nombre se me acaban,
Las virtudes se me van al suelo,
Y mi miembro eréctil lo cortaré con placer,
Porque me he quedado sin pan ni pedazo.

Maldita ceguera y estúpidas esperanzas,
Maldito arrepentimiento que cada día me mata,
Maldita oscuridad que mi alma arrebata,
Maldito YO
Y me maldigo mil veces y me maldeciré hasta siempre,
Me maldigo en mi sucia y violada oscuridad,
Maldigo la putrefacción del mojón corriendo por mi cuerpo,
Maldigo el puto camino y el maldito destino al cual me someto,
Maldigo sus brazos, su cuerpo y su pene,
Por hacerte daño una sola vez,
Y por que se que en el fondo aún lo amas.

Que el amor prevalezca, pues yo no estoy preparado para eso. Tropezar y tropezar hasta que aprenda, dañar y ser dañado hasta que vuelva.

Así ha de ser mi viaje, así he de caminar. Descubriendo cada punto de luz flotando en el mar, encontrándolos y recogiendo cada pedazo inerte, con calma, con paciencia...con amor propio...en mi mínima barcaza sin norte ni oeste.

Que el amor prevalezca en tu vida, y que te lo llenen bellos paisajes.

Crecer



Palabras no me faltaron. Estuvieron en distintos tonos con una firmeza diferenciada por cada persona que se dirigió a mí: A lo que soy y a lo que hago.

Básicamente me percaté de que, más allá de ser lo que ahora he logrado ser, sigo siendo muy pequeño, un niño llorón.

Me sentí (y que la verdad ahora empape mis palabras) me sentí un estúpido, poco hombre, amparado en raíces que ya se desvanecieron hace mucho. Sé que la he cagado.



He de enfrentar esto, y creo que será un gran paso. He de hacer lo que mi corazón quiera estallar, lo que me quiera susurrar y lo que quiere hacer entender.


Ya no quiero ser más un niño llorón.

Los caminos de la vida



Notas:

- Lo que quiero superar, definitivamente, es mi aspecto emocional y aquello relacionado con las mujeres. para ello, he de estar solo el tiempo que me haga falta. Quiero trabajar en mí. No sé como ni a donde me pueda llevar aquel camino, pero lo que es seguro, es que quiero encontrar de una vez por todas aquella podredumbre mental que pueda encontrarse en mi interior.

- Quiero trabajar mi lado artístico, creo que una de la perspectiva que no he trabajado ha sido no realizar una vía de materialización a toda esa "espiritualidad" que siempre me ha llamado, o puede ser misticismo, o puede ser el camino del iniciado.

- Tengo miedo, tengo miedo de quedarme solo. Tengo miedo de no conocer el amor, tengo miedo de contentarme con alguien que me haga daño, tengo miedo de cegarme, tengo miedo de jugármelas nuevamente por alguien.

- Quiero ampliar mi mundo de habilidades, quiero hacer de todo para desarrollar mis talentos.

- Quiero destruirme y asesinarme por completo. Quiero borrar viejos esquemas, quiero destruir antiguos edificios en mi. Quiero sanarme.

- Quiero perdonar, y que me perdonen.

- Quiero ser de una vez por todas, un hombre sano.


Ya son 26 años, 26 años que siento que no he avanzado...

Como guerrero



Hay un proceso doloroso. Es como despedirme de un montón de cosas, un montón de cosas que pertenecen a un mismo elemento. El quinto elemento.
Parece que es una despedida y un inicio. Pareciera que el camino es largo y difícil, dificultoso, tormentoso, complicado. Parece que las artes en ese sentido en mí no cobran valor, pues se hunden como metal en el agua y se derriten como las plumas de Icaro al tratar de llegar al sol, y es algo que tengo que intentar.
Mi voluntad es cambiar, cambiar al fin...cambiar ese aspecto de persona que hay en mi interior, transmutar la energía para encontrar dentro del abismo aquel brillo. Aquello me puede causar la oscuridad completa y sin fin, puedo llegar más allá del inframundo, allí donde nace el Tártaro. Si es necesario batallar contra titanes y gigantes así lo voy a hacer, si es necesario llegar morir lo prefiero así. Quiero hundirme, quiero progresar en mí, quiero encontrarme con la última gota de sudor y de sangre golpeando contra el piso, quiero intentar levantarme hasta que mis músculos no resistan el peso de mis huesos.
No espero renacer, no espero recompensa, no espero nada. Lo único que deseo es encontrar el maldito pantano y vencer a la hidra. Encontrar esa putrefacción y limpiarla de toda sombra.

Las esperanzas ya no las tengo, ni Dios me tiene esperanzas. La luz se me ha escapado porque ya he porfiado bastante.

Me repudio, me odio, no me amo, no pido ni me quejo. Estoy frustrado y enfurecido conmigo, estoy harto, estoy rebosante de amargura y tristeza.

Pero quiero encontrarme con ese pantano, cueste lo que cueste.

Me llevaré a mí mismo y mi fe en el corazón. Me comportaré como el guerrero que soy y el mago al que me he de convertir. Esta vez mi voluntad, se convertirá en la espada que me ha de guiar.

Y finalmente sí deseo algo: encontrarme y purificarme, para poder seguir viviendo, para fundirme, para entenderme, para superarme, para calmarme.

Con el sudor entre las piernas



Mujer...

Me tienes los nervios como el acero,
Me sulfura la sangre,
Mi estómago implosiona cada vez que te veo,
Mis músculos tiritan, sienten miedo y curiosidad,
Las manos se me vuelven un lago inmenso,
El aroma y tu piel, elementos de la alquimia más perfecta
Quiero esculpir cada centímetro de ese cuerpo,
hundirme en esa tierna sombra,
Invadir cada pulso tuyo,
Revolucionar toda hormona reprimida.

Quiero apretarte contra mí,
Hacerte mía de una buena vez,
Penetrar el extasis vivo en tus ojos,
Sacar de tu sonrisa aliviada un último suspiro sublime.

Ay mujer

Como me gustaría revivir el fuego de aquella noche,
Morderte el cuello, fundirme
Tratar de vencerte en orgasmos,
Dejar que conozcas el cielo,
Permitir que volases conmigo en una barcaza directo a las nubes,
Que ganas de embrujarte con juegos de manos y palabras.
Que ganas de adentrarme en ese paraíso,
Que divino recoger sus frutos.

Esta noche no te saco en rimas,
Te invoco desde mis entrañas,
Desde la base de mi herramienta,
Trato de materializar tu nombre,
Y estar solo una noche junto a tus labios,
Ay diosa mía,
Perfecto límite entre el delirio y el cosmos,
Hermoso límite entre el pecado y lo puro,
Que hermoso milagro es que confíes tu cuerpo,
Porque quiero obtener la soberanía de tu carne,
Y por eso me rebelo a ganarte el respeto,
A ganarte el poder conquistando cada territorio de tu piel,
Te maldigo por ese cuerpo turbulento,
Porque se lleva mis ojos...
Y también mi pensamiento.

Ay mujer, ¿por qué te presentas en cada fogata mía?

Sigue siendo el temor de venus,
Permiteme encontrar esa joya entre tus piernas,
Para recordar una noche antes de irme,
Para saber que por lo menos,
Fui el artista que creó su propia Galatea.

Manuel Rivero Vega