La torre



La vida se encarga de dar ciertos ritos de iniciación. De ellos no tenemos el más mínimo control. A medida que crecemos y que vamos quemando ritos nos vamos convirtiendo en seres humanos.

La vida es trágica y real. Nada se le escapa, todo va y viene. Todo tiende al equilibrio, porque el universo no sabe de lo bueno y de lo malo...sólo es. Existe.

¿Por qué hemos creado un paraíso y un infierno?

Debemos aprender que somos carne y hueso, una pequeña célula dentro de otra más grande. Debemos aprender que existe la muerte, los finales. Debemos aprender que existimos en una cuerda floja.
La vida está teñida melancolía y felicidad.

Somos polvo de estrellas, nada más. Vivir es seguir respirando y sonriendo, sabiendo que nos haremos humo.

Hoja en blanco



articulación, pluma, hoja de papel.

Esa es la base para escribir tu historia.

El otro noventa por ciento suele ser el corazón.

Los dos marcianos



Es el año 3017, en la primera era, en nuestro planeta tierra. No hace mucho que la tierra está en las últimas y que los autos vuelan. Los extraterrestres ya son normales acá.

Iba en mi asiento hacia la ventana, en un tren hacia mi hogar. Iba algo dormido, no me podía mucho los párpados, pero lo que vi fue realmente impresionante. A pesar de que los marcianos ya se encuentran con nosotros, al lado de una clínica parecía que quedaba el último reducto de vegetal orgánico y verde. Una señora, de no más de 60 años, conversaba con un tipo sin mascarilla y lo mejor de todo es que vendía flores.

Todo esto pasó a los pies de una clínica...

Lo curioso es que, al lado de ellos y a unos cuantos metros, había una pareja de marcianos, vestidos de verdes, viendo un aparato viejo - de esos que llamaban celular - (hoy ya nadie los usa, pero se encuentran baratos en algún mercado). Ella estaba mirando lo que él hacía, él apretaba el aparato aparentando que no escondía nada. Ella de vez en cuando miraba a un lado, casi preguntándose ¿Qué hago aquí?.
Estaba de piernas cruzadas, con su mano en uno de sus labios mientras el pelotudo hablaba por celular.

Ese hubiera sido el génesis de un romance, y por culpa de un aparato me lo perdí. Mi nave siguió avanzando.
Y supe también, que ahora en el 3017, quizás el único lugar con vegetal orgánico, yace donde vive el emperador.