no sé



No sé si querer ser ermitaño es querer escapar. No sé si querer alejarse un poco de las personas es encontrarse con uno mismo en la soledad. ¿Por qué los grandes sabios se van a las montañas?.

Ahora quiero escapar pero no por siempre...supongo que a veces también se requiere conocer la debilidad.

El perdón.



Amigos míos...
Perdón el daño hecho, el dolor causado.

Hay veces que uno no elige las palabras, a veces las palabras nos hacen a nosotros.

Piedra angular



"Irremediablemente todo converge en ti".

Ésa fue la cita que pudo escribir en la pequeña libreta. Tenía todo lo necesario para él: un buen café de grano, un pastel a la mitad, la libreta, el lápiz y la maldita inspiración, tan esquiva y mezquina. Se llevó la mano a la frente para apoyarse, mientras su pluma descansaba en la otra mano. Un gusto amargo recorrió su boca al igual que el sueño...esa noche no había dormido.
Pidió la cuenta y tan lento como llegó, así de lento se fue.


Confidentes



La melancolía, es posible definirla como aquella gota que atrapa nuestra mirada, al escurrir por la ventana. En ella hay un universo paralelo que se vuelve un espejo de nuestro interior. Es como una especie de mar escondido en una pelotita secreta, sólo para nosotros.
Toma la posición de confidente mostrándose atenta a nuestros suspiros, a nuestros pensamientos, a ese amor que se nos escapa por los poros y que poco a poco toma forma de planeta, creado quizás, en menos de siete segundos y en el que toda la belleza condensada allí se transforma en finitud sabiendo que existe el infinito. Se funden en una especie de estado gris con multicolores que a veces nos llega a reconfortar o que hace que de nuestras propias ventanas, también caigan gotas, como queriendo unirse con aquella viajera que recorre nuestra ventana.

Sentado frente al velo




El principito pudo domesticar un zorro, e hizo única en el mundo una rosa. Su mundo era pequeño y simple y de vez en cuando tenía que mantenerlo a salvo, para que la belleza de esa simpleza, no se esfumara con los troncos y raíces de los Baobabs.
¿Cómo puede hacerse una rosa única? ¿Puede conllevar eso, a un lazo perpetuo que no quiere romperse?

Hay otra historia, me parece que asiática, que habla de un hilo rojo que une a las personas. Yo me pregunto entre mi asombro y mi limbo entre credulidad e incredulidad...¿Cómo, de qué forma, en qué momento, nos vamos en búsqueda de ese hilo? ¿y si lo encontramos por qué el destino como que se empeñase en separar aquello? ¿Por qué termina siendo un sueño inalcanzable?

A veces la vida se determina en momentos, en momentos claves, todo converge en pocos segundos en un solo punto de la existencia. Hay algo allí en el corazón que dice que tienes que hacer algo, un monto de energía que no es suficiente para moverte de modo automático. Es como una vela que necesita del fuego, y ese fuego se llama voluntad que se agrega a ese monto de energía para encender aquella vela.
Cuesta creer que cuando ocurren esos momentos fugaces, sublimes y fugaces, realmente tienen un fin...fin de final, el fin (como objetivo, como razón de ser, intención) es enigmático y uno se quiebra la cabeza tratando de entender las malditas razones por las cuales dimos fuego a aquella vela, para que un viento exterior la apagase en un abrir y cerrar de ojos...y se esfuma, mezclándose con el viento. Lo único que queda es el olor a cera apagada, que en algún momento también se irá, dejándonos en la nada, con una ilusión, como la caverna de Platón.

Yo prendí una vela. No sé su fin. ¿por qué la prendí? porque todo se basó en un deseo incontenible por hacer algo para abrazar aquella llama, para detener el viento mortal, para tender una especie de cobija. La vela se encendió y todo convergió. No esperé nada a cambio y sólo me dediqué a la entrega. Nada más...

Heme aquí en este misterio sin resolver. Una especie de enigma, un velo que no puedo tocar o atravesar ¿y cómo?. Hay una especie de arte que no puedo borrar, un trazo que se dibujó sin previo aviso, una obra de arte que me dejó fascinado y que me ha hecho volver una y otra vez a ese museo. Me sedujo en su mudez, en su estética, en lo que representaba para un pequeño mundo entero, simple y hogareño...tranquilo, inconquistable.

El único conocimiento que poseo, son esos 3 tópicos: Una rosa, un zorro, y un hilo rojo. ¿en qué se relacionan? en que las tres son la razón por la cual el ser humano se erigió en este mundo, algo que a nadie deja indiferente y que a muy pocos NO los ha tocado.

Heme aquí, en mi habitación...con un zorro, una rosa y un hilo rojo y créanme que no sé que hacer con ellos. Lo único que he hecho, es sentarme en calma, frente al velo.

Y mi vela sigue encendida. No sé por qué el viento ya no quiere apagarla.


Serendipia



El amor jamás fue bueno. Mágico tampoco. Romántico menos.
El amor es cruel, el amor es rutina, el amor es repetir la penetración hasta ya no sentir pasión.

El amor es tragedia. El amor tiene gusto amargo. El amor es indefinible.
El amor jamás ha existido, así como la biblia creada por el hombre.

El amor es inalcanzable. El amor es de los dioses. El amor es un virus.
El amor no tiene remedio, es una condena permanente e intermitente.

El amor es una cadena que envuelve a dos personas.
El amor no es lo que usted piensa, tampoco lo que siente.
El amor tampoco es un tormento de hormonas.

Yo no estoy definiendo el amor, sólo estoy recortando como si fuera papel, aquello a lo que nunca la humanidad ha sabido si existe.

Contradictorio: hasta los científicos lo sienten, y jamás lo han podido pesar.

Nuevoluciones



Estuve revisando un viejo pasado, lleno de telarañas enredado en unas cuantas letras. Concluí que hubo un antes y un después: los escritos tenían cierta personalidad, tenían una cierta solidez, un cierto matiz.

Fue uno de los años que más escribí y hoy he perdido la práctica, sin embargo, pretendo retomarla. Tengo amigos que me dicen que soy un tipo demasiado disperso, pero cambiaría aquel concepto a diverso, y sí, porque tengo una especie de aforismo tatuado en mi frente que me hace creer que si uno como persona tiene talentos o quiere hacer algo en la vida, hay que realizarlos, desarrollarlos...es la única forma de entregarte a la muerte sin tener que derrochar una lágrima y podría apostar que no sería necesaria la clásica guadaña en la garganta.

He avanzado algunos de los pasos que tenía pensado en un pasado. Eso me ha puesto contento.

¿Y la botella?



Y la botella no llegó a tu orilla. A punto estuve de embarcarme con mi balsa hacia la mar, pero un rayo de luz me detuvo en seco.
Algún animal desconocido pudo haberse comido la botella...o tal vez llegó tu ángel y se la llevó a los cielos. Lo cierto es que aquellos gritos silenciosos finalmente se acallaron por completo cuando con una mano me taparon la boca.

"ay viejo, en este juego...a mí siempre me toca perder"

Por eso te decía que soy náufrago de profesión.

Gritos silenciosos de una botella desesperada



A veces estas palabras y frases se convierten en gritos, en gritos silenciosos. De que aquella botella lanzada al mar, haya llegado segura a la orilla de tu playa y que, como un milagro, tu bote llegue a mi pequeña isla. Que al explorarla puedas conmensurar de que en tan poca tierra firme pueda existir un paraíso para ti. Que puedas percatarte de que hay ciertas flores que sólo están ahí para ti.

Pero estás lejos, allá en tu playa. Puedo verte a través del brillo de las estrellas y a veces en la luna llena e intento gritarte pero no me escuchas, o tal vez lo sabes, pero estás dedicada a esos atardeceres brillantes que se posan sobre las pequeñas olas o construyendo castillos de arena para entregar tu arte al mundo.

Cómo me gustaría que mi botella con aquel pequeño mensaje llegara a tus pies delicadamente y que de un sólo arrebato tomaras tu bote y te lanzaras al mar para conocer los trescientos sesenta grados de mi playa, o en una noche estrellada, me lanzaras una estrella fugaz para avisarme que llegó la hora de llevar mi balsa a la orilla y encontrar tu playa.

Pero me quedo aquí en mi isla, porque el mar es tormentoso y siempre estuve en decenas de tormentas; he de confesarte que soy náufrago de profesión y en esas tormentas aprendí que para lanzarme a la mar y enfrentar una, primero debes dibujarme aquella estrella fugaz, pero tú también debes recoger mi botella para lanzarte a la mar.

Puede ser que, cuando ambos hayamos recibido aquello, nos podamos encontrar bajo la misma tormenta, y quien sabe...quizás encontremos nuestra pequeña isla.

Incrustaciones



Intento controlarme. Siento que he escrito entradas cientos de veces respecto del mismo tema, y pareciera ser que nada ha evolucionado, pero a veces el hecho de escribir logra vaciar mi mente y toda la basura que poseen mis sentimientos.

"Punto medio"...esa es la filosofía que he intentado realizar, pero es sumamente difícil.

Ahora que estoy tóxico necesito un momento para mí, esa es otra cuestión que he aprendido.

En fin, no tengo más palabras.

Espero que todo salga bien

conquístate



No me esperaba vivir algo así, pues sólo tuve el palpito. Aún así me la juego por aquello; me la juego en base a un tablero totalmente desconocido, me la juego por reglas que no sé que metas posee, me la juego con piezas que no sé que tipos de movimientos pueden hacer.

Pero me la juego.

A jugadas ciegas, a movimientos en falsos y otros verdaderos. Me la juego por el tiempo que no sé si pasa o se queda estancado, me la juego aunque tenga todo a su favor, me la juego aunque neblina haya en el juego.

Pero me la juego.

Hay frases que dicen que la valentía no reside en hacer caso omiso del miedo, sino que valentía es precisamente jugar con esa incertidumbre.
Siempre habremos de caminar en altos y bajos, entre montañas y patagonias, entre bosques y desiertos, entre noches y días.

Pero me la juego.

Y no sé que otra forma existe, no conozco otro camino. Después de todo, la colección de cicatrices en el corazón no serán en vano.


Juégatela, pero por ti...y si hay amor, por ambos, pero sólo hasta tu amor propio, aquello es un templo que no puede ser profanado.

Se nos quiebra el cielo



Hazme el amor como si el mundo se acabase,
Hazme tuyo como si fuera el último apocalipsis,
Quiebra el metal que envuelve mi sangre,
Dirígete perfecta hacia cada herida,
Cae como hambrienta robándome los besos.

Cae, sólo cae,
Como si cada átomo tuyo fuera a desaparecer de este planeta.

Dedícate a revelar el calor de un techo,
Muéstranos tu muerte para conocer la vida,
Limpia el alma, corroe mi oscuridad,
Deslízate fuerte corriendo por cada hebra de mi cabello,
Amarra fuerte este corazón despavorido.

Cae, sólo cae,
Como si cada estrépito fuera la furia de tu poseidón desaparecido.

Ayúdanos a arrancar con las manos en alto y los diarios mansos,
A realizar una obra de arte uniendo nuestro amor con el de aquellos,
Ayuda también a recordar que el romance no se acaba,
Y que su vida útil sólo continúa hasta que ambos se escapan.

Corre, sólo corre,
Huye hacia mí, ven a mi cuerpo, toca mi mano.

Quiero hacerte danzar sobre la melancolía,
Pretendo mostrarte que en el vidrio de la ventana cabe el mundo,
Yo quiero enseñarte a revivir los pasos que desaparecen en el pavimento,
Puedo mostrarte, si así lo quieres, la gloria de la soledad,
Matemáticamente puedo decirte que contemplarte es parte de nuestra imperfección,

Corre, sólo corre,
Desafía la gravedad y rebelate contra el viento.

Qué terrible es nuestra utopía,
Así como el amor,
Sólo sabemos que ambos existimos el uno para el otro,
Sin credulidad y descalzos caminando entre noche y barro sombrío.

Ahora que el silencio ha invadido tu cansancio,

Puedo enseñarte que vivir es parte de la muerte,
Se me hace posible poder decirte que los dioses no llegan a nuestros campos.
Yo también puedo confesarte que el ruido no es eterno,
Y que en mi duda puedo acariciarte sin que te des cuenta.

Por eso desgranate en millones de prismas inacabables,
Deja de ocultar el arcoiris que hay en cada uno de ellos.
Saca el polvo que tengo encima,
Vuelca el ritmo de cada cristal de vida,
Deslízate por mis ojos, cristales que ya se fueron, tiempos que son recuerdos.

¿Cómo podemos delimitar?



Lo que siento de las palabras es que son como el agua que desborda un estanque, una pileta. El agua se va desbordando porque simplemente es demasiada, y la fuente ya no puede contener el agua, y trato de atrapar cada gota que se cae del recipiente, pero es imposible. Y de todo aquel caudal, finalmente lo único que termina en mis manos son unos pocos fragmentos de aquella agua cristalina, que no se puede contener. Son también como cuando un rompecabezas se cae de una mesa.

Pero, ¿qué ocurre al fondo de la pileta? ¿por qué sale tanta agua a borbotones?

Malos entendidos



He sido retorcido como el vidrio al fuego,
He quedado expuesto a los vendavales,
Al martirio, al encierro,
Al olor húmedo de las mañanas,
Al olor de mi carne,
Encerrado en el olor de mi piel sudada.

Apolillado hasta más no poder,
Los agujeros aparecen por doquier,
la putrefacción licuada con menta,
Se revuelve sola en la mesa.

Ya no basta con mirar,
Porque he aprendido a no observar,
No basta con ternura ni tampoco con lascivia,
A mí parece que no me basta con tener que cagar,
No me alcanza...no, no me alcanza.

He de perderme en el reino mineral,
En el reino fungi, para ser un montón de esporas,
He de tener mucho más vida allí,
Porque podría multiplicar mi semen,
Y desvirgar panes o flores mal heridas.

Cada palabra es un desaliento, señores.
Toda letra que se derrama no es inocente,
Tampoco el vino que se toma,
Ni menos la hora de la muerte.

Hoy las palabras no tienen peso,
No son dueñas de la historia,
Tampoco del amor.
Escaparon al mundo de la fantasía,
Se deshicieron en nubes y aire invisible,
Hoy las palabras no tienen peso,
Porque pronto se olvidan,
Y siempre que nacen mueren antes que nosotros,
Hoy en día la palabra no vive,
Porque no nace del corazón,
Ni tampoco se revuelcan en los ojos.
Queriendo encontrar un rincón.

Hoy las palabras son ilusión,
Porque no puedes saber si es una daga,
O una suave cosquilla escrita por una pluma.

El título de tu entrada



A veces uno ocupa un pincel para retratar el paisaje que está alrededor, y se esmera. Muchas veces no se sabe lo que se está pintando, tampoco qué colores usa, ni la delicadeza o la firmeza del uso del pincel. Simplemente los trazos nacen como por arte de magia, y se plasman en esa tabula rasa pensando y sintiendo que lo que se pinta no es perfecto, pero está bien.

Pero a veces no es así, simplemente no es así. Tiene relación con dar lo mejor, tratando de que un monstruo no salga a la superficie, tratando de plasmar ese interior.

Algo anduvo mal.

Pero más allá de eso, confío en mis pinceladas. Eso tengo que hacer.

Ecce homo



Ojalá yo pudiera hacer sentir lo que hay en mi corazón. Es algo demasiado grande, que no tengo idea de dónde nace ni cómo se desarrolla...es una especie de sensibilidad, una especie de amor por tratar de cambiar al mundo, por ver a la gente feliz, por tener la esperanza y la fe de que todo ser humano posee una luz brillante y gigante que es eterna.
Nadie elige las circunstancias en que uno nace ni tampoco los eventos que nos suceden en la vida, sean éstos buenos, malos o ambos. Es difícil vivir porque no conocemos las consecuencias de nuestras acciones y no hay seres sobrenaturales que nos digan qué debemos hacer, cómo, dónde y cuando. Sólo tenemos el soplo de nuestro corazón.

¿Hay culpables en realidad?

Siento que me estoy transformando lentamente, que lo que me ha pasado tenía que suceder así, que al parecer estoy cerca de encontrarme con mi misión aquí en la tierra.

Ayudar a la demás gente

Tal parece que estoy viendo mi luz, tal parece que el corazón de fuego está rompiendo la carcasa de acero.

Pero falta, aún falta...y me pregunto: ¿qué hago con esto?



No sé que va a resultar de esta oscuridad,
Es tan grande que ya se puede palpar,
Me abraza en la penumbra,
Me seduce...
Aprendo a respirar su esencia.

Hoy no hay esperanza,
Mi alma se está muriendo,
Me voy volviendo agrio,
El desierto que llevo en mi interior se sea aún más.

Me he autoproclamado monarca de mis pantanos,
Me he convertido en ejército de mi soledad,
Mis partes humanas se convierten en metal,
Me convierto en robot,
Y nadie se da cuenta

A la mierda toda esta cagada y la concha de su madre.



Los imposibles



Qué difícil es probar ese plato. Se está en la obligación de acabarlo hasta el final y dar las gracias, y ya no queda más.

Ni la ilusión, ni la esperanza...sólo un posible futuro que está enmarcado en un cuadro utópico en algún museo. Nadie lo puede tocar.

Está hecho por un artista desconocido, que le gusta tejer, que le gusta hilvanar su arte en telares donde la gente no lo necesita, y ¿para qué? ¿acaso no basta con el trabajo hecho por las Moiras?

Lamentablemente la ironía es su arma cruda. Es la salsa que otorga el toque final a ese plato. Es la brillantez, la genialidad acabada en una alquimia exquisita que confunde el paladar entre la amargura total y la dulzura que provoca un éxtasis que raya el fanatismo.

y sólo ese es su punto culmine: el pañuelo que pierde su pureza para devolver la virginidad a los labios y las palabras que se escapan al aire mientras se cierra la puerta.