Despierta Pigmalión



Entre tanta desazón y muertos vivientes en este mundo,
Es necesario que las personas agarren el timón de sus vidas.
Jamás ha sido fácil y esta vez tendremos que hacerlo solos,
No hay titanes, tampoco dioses que nos unan contra ellos.
Somos tú y yo como hermano, frente a frente,
Sin cercas que nos separen,

Sin padres a los que recurrir.

Hoy en día lo que nos ata hermano mío,

Son los hilos invisibles que controlan mucho más de lo que quisieramos,
Narcóticos asfixiantes que nos tienen al borde de la muerte,
Ilusiones que nos mantienen dentro de una cueva,
llena de oscuridad inextinguible.


Todos los días nos inyectan agentes ilusorios para que cometamos actos de canibalismo,

Ahogándonos en un mar de sangre, ignorando su origen.
Hasta que el llanto desesperado de una madre,
La impotencia de un padre,
La inocencia de un pequeño,
Estremecen los oídos de nuestra alma,
La hacen despertar de esa pesadilla eterna.

Y nos encontramos, frente a frente,
Tú con tu desierto, yo con esa lluvia que riega cada cien años,
Que de vez en cuando ayuda a las semillas germinar,
Para convertirse en ese campo de flores
En ese mundo de animales y colores.

Como quisiera tener una varita,
Ser un mago para encenderte la chispa de la vida,
pues un segundo me bastaría,
Me gustaría unificarte con el mundo y estremecerte con milagros,
Darte el golpe de gracia en un fragmento de luz.


Pero la senda jamás ha sido fácil,
Encontrarla lleva tiempo y amor,
Con paciencia construirla,
Esculpirla,
Ennaltecerla con forma y otorgandole vida.

Por ahora seremos dos fuerzas contrarias,
Exiliados del mundo, del espacio sideral,
Trabajando al unísono,
Para crear nuestro propio universo,
Hasta que finalmente y con la pincelada definitiva,

El desierto que pintaste, se materialice en el paraíso que siempre soñaste.

Cuénteme, ¿Qué lo trae por acá?.

Llegando al fin



Me queda poco ya, de todo este tiempo de estudiante. Sé que será un proceso tenso pero enriquecedor.

En mi carta astral, en la parte de los aspectos, Eva pudo ver entre todas esas líneas un grillo a punto de saltar, tenso, listo.
Cuando yo medité para ver que veía, encontré que se parecía a un ave a punto de saltar al vuelo, el primer vuelo, el despegue total. Específicamente vi un fénix recién surgido de las cenizas, allá en las altas montañas, ya renovado y purificado para alzar su vuelo...justo cuando aprieta cada múscula de sus patas para abrir las alas y salir zurcando algún que otro cielo.

Esta es mi catarsis...así me he sentido. Quizás por eso la ansiedad que ha sido permanente todo este año.

Otro punto que me ha estado ocurriendo, son los conflictos con las relaciones interpersonales. Hay varios procesos al respecto: No tener miedo de decir lo que pienso y lo que siento, cuidar mis palabras, no ser impulsivo y mostrar un poco más que antes mi interior.

Una vez medité, gracias a una persona que se maneja en esos ámbitos. El único recuerdo de aquella meditación es la siguiente:

Me veía sentado en un prado. Por el centro había un camino de pasto, largo y distante que separaba dos campos de flores amarillas y el polen se veía de un lado a otro. detrás de aquellas flores habían dos grandes bosques. El clima era cálido, templado con un viento lo suficientemente fresco como para quedarse allí bastante tiempo.
Hermes (el dios griego) se me apareció con una túnica blanca, con ese "casco alado", bastante joven y apunta ambos campos de flores y me dice:

"La comunicación es como ese campo de flores. Todas ellas envían sus partículas de una a otra. En la comunicación entre personas es lo mismo: porque una gracia de la comunicación es que siempre queda algo valioso en una persona y otra."

y así con esta tarde fría en santiago, yo en mi cama, escribiendo.