Finalmente el niño se estaba convirtiendo en adulto. Aquel infante príncipe que siempre correteaba por las plazas del reino, ahora era un joven hecho y derecho...un aprendiz del poder. La solidez de su reino le daba protección, las riquezas le otorgaban respeto pero siempre a costa de un precio.
"puede existir la solidez material, el oro puede forjar reinos e imperios enteros. Pero todo lo que brilla no es oro y quizás, allí donde lo haya, un vacío ha de exisitir".
Escuchó las palabras de su maestro con atención y pro un momento maldijo su situación, pero sabía en el fondo de su corazón que era un camino más.
Y el joven está preparado para la corona, solido y con confianza, dispuesto a ocupar su oro por el porvenir de su reino.
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