
fue el día viernes, me desperté soñando contigo, con las mismas ganas de abrazarte, de decirte la multitud de cosas que sentía, con ganas de besarte y después me puse a culparme. Los goterones de los ojos salieron sin aviso y empecé a suplicar a mi combadre allá arriba y preguntarle que por qué mierda tuve que nacer tan aweonao pa mis weas...estaba deshecho y sin pensarlo me entregué a mi fe. Por unos instantes sentí que Cristo tenía su mano junto con la mía y me sentí consolado, hasta que lloré más aun. Pero después de un rato sentía el corazón latiendo con fuerza y me sentí con ánimos nuevos para seguir.
En todo caso ya había pensado la decisión unos días antes de dar todo de mí, porque no tenía nada que perder y sentía una valentía de acercarme que nunca tuve...si, siempre fui cobarde. El nerviosismo siempre me ha ganado, no me salen las palabras...hablo estupideces, se me bloquea la mente y termino por perder la cabeza...quizás temía hacer de estúpido.
Ese día estaba contento, quizás alegre, por lo que me había pasado aquella noche de viernes. Hasta que un flechazo se me vino a la mente y terminé por encender el pc a altas horas de la noche...entonces vi la foto.
Al principio me reí y pense: claro, es obvio, ella misma me lo dijo...¿de qué mierda tengo que preocuparme? y no lo di mayor importancia,porque me había propuesto que pasara lo que pasara mi decisión no iba a cambiar, pero el dolor de estómago comenzaba a subir y la sensación de tener hielos sobre el cuerpo se hacía cada vez más fuerte, mi corazón latía a mil por hora y parecía que lo hubieran agarrado para extrangularlo, a esas alturas un mareo me vino a la cabeza y empecé a tiritar...hasta que cayó la primera lágrima, luego la segunda, la tercera...
Me agarraba el pecho con fuerza tratando de sacarme lo que estaba sintiendo. Hasta escribí una entrada en cierto blog que ni me acordaba de haberla escrito. mandé un mensaje, que necesitaba desahogarme y salir a la mierda para gritar con fuerza....y las sensaciones no desaparecían. No me acuerdo a que horas fue pero partí al botiquín a buscar algo para dormir, me las tomé, tragué algo de agua y me vine a la cama nuevamente. Agarré la biblia y la mantuve en mi pecho...lo último que recuerdo fué ver el reloj que daban las 7:30 am.
Desperté súbitamente a las 10:30, sentía la boca seca. Intenté dormir nuevamente pero sin resultados y por una hora me di vueltas en la cama tratando de cerrar los ojos para poder dormir algo pero no resultó. Entonces me levanté, salí de mi pieza y mi viejo estaba trabajando, le dije que a un amigo se le había muerto el amigo y quería ir a verlo, me creyó; entonces agarré mi toalla y partí a la ducha, lloré otro resto y cuando estaba seguro de que mis ojos no estaban tan hinchados cerré la llave y salí. Me miré al espejo para ver si no tenía los ojos rojos y si, estaban rojos, así que me lavé la cara no se cuantas veces y salí del baño.
Ya estaba listo, mi vieja había salido y me topé con la vecina con la que había ido al supermercado. Le pregunté por mi vieja y me respondió que había ido a cambiar algo...entonces me di cuenta que los cigarros se me habían acabado, me revisé los bolsillos y tenía algo de plata, asi que fui a la tabaquería y compre los cigarros de siempre. Al salir mi vieja había terminado y le confesé que me iba al templo y así sin más partí con mis pies.
al llegar había un encuentro de ciclistas y estaban haciendo un bingo, me reí un poco porque justo cuando necesitaba silencio, mis oídos retumbaban con el weon que cantaba numeros en la tarima, así que después de pasar por allí me dirigí al carrito del viejito que vende velas. ¿como está? le pregunté - mas o menos no más. - estamos iguales- le dije, y compré 2 paquetes de velas. Entré al templo y para mi sorpresa el cristo al que siempre iba se mantenía en pie, pensaba que se había caído después del terremoto, así que fuí a prender las velas y me senté en silencio. Aun en mis pensamientos era incapaz de generar frases, hasta que las amigas volvieron a salir de los ojos, me contuve un poco y despues de lograr calma recé, pasé otro tiempo en silencio y cuando ya me quería ir me arrodillé, entonces no me pude contener más y volví a llorar.
Al salir me acuerdo que no sentía absolutamente nada, parece un zombie de mierda. LLegué donde el tatita de las velitas y le di una sonrisa - rece por mí - le dije - siii - me respondió. Apagué el celular y decidí caminar hasta que los pies no me dieran más, llegué hasta donde dobla el metro...que no me acuerdo como se llama la futura estación pero era por las torres o por la entrada de laguna sur o Tte. Cruz.
Me fuí al paradero y había algo de gente hasta que quedé solo con una mujer, llamé a mi primo y le dije si tenía tiempo, me respondió que sí. Entonces llegó el pololo de la comadre y se pusieron a pelear...agarré la primera micro y me fuí.
Le conté a mi primo, le dije que quería salir afuera. Fuimos al parque Ohiggins a caminar un rato y a hablar, para mí fue un desahogo y le doy gracias por escucharme. Después de un rato pasamos a comer unos sanguches de potito que estaban bien buenos y nos sentamos, puso la cancion "esta la escoba esta la escobaaa (8) " y ya el sanguche dejó de estar bueno, asi que empecé a tragar. Él quedó con hambre y yo no, se compró otro y partimos a su depa
-tengo un "merkat cola" weon - me dijo . - dale - respondí
llegamos al depa, tomamos bebida y me fumé otros cuantos cigarros entre partidas de counter strike, videos graciosos y weas.
Ahí se me fué la tarde de domingo. Fuí a tomar la micro pensando en que mierda le iba a decir a mis viejos, y me bajé antes del paradero, por ahí por el lider de pajaritos. Caminé de nuevo, mis piernas me tironeaban un poco y dolían un resto, pero me apañaron igual. Llegué a la casa...mi viejo trabajando, mi vieja ayudándole.
que te pasó? - dijo mi vieja -
naaa...me cagué a la mina no ma.
le salieron algo de risas, me abrazó algo pero la rechacé y me dijo que a todos le pasaba, entonces le sonreí un poco y cuando todo estaba en calma tomé otras pastillas y me fui a la cama ( 20:50 pm) . Recé un resto y ni me acuerdo a que horas cerré los ojos.
Me despertó el reloj a las 5:30 am, con el deseo que el mundo se detuviese en ese mismo instante...
Pero los autos seguían avanzando, el sol saeguía tratando de ganarle a las nubes, la gente seguía llendo a su trabajo. Me puse los audífonos, puse el volumen al máximo y partí a tomar la micro.
Hay veces en que uno quisiera desaparecer para siempre de la faz de la tierra...
Y yo irónicamente seguía viviendo...